martes 11 de octubre de 2011
Educar con imágenes
Vincular lo educativo con lo aburrido es algo que hoy podemos refutar mediante la incorporación las TIC´s a nuestras prácticas, no para sustituir lo insustituible: la presencia del docente, pero si para incorporar nuevas experiencias en el proceso de enseñanza –aprendizaje que resulten verdaderamente interesantes para los sujetos intervinientes, basadas en los reales intereses y necesidades educativas de los mismos.
“No les tengamos miedo a los medios o a la tecnología; acompañemos a los chicos en sus consumos”[1]. Cuando hablamos de tecnología aplicada a la educación uno de los temores que afloran es el que la imagen sustituya o termine con la lectura olvidando que en internet, por ejemplo, la palabra escrita sigue cumpliendo un rol muy importante.
“La imagen no es sólo un recurso más para hacer lo mismo: la imagen transmite saber, produce saber, no es neutral. Tiene un espesor y una capacidad propia que vale la pena abordar, entender, y aprovechar para la transmisión de conocimientos”[2]. La imagen tiene una gramática propia que debe ser enseñada en y por la escuela, si es que ésta pretende enseñar a leer el mundo, porque la imágenes, inexorablemente, forman parte de él.
“Muchas veces se transmite que la lectura, aunque sea de un texto malo, es buena en sí misma, mientras que el consumo de imágenes implica pasividad(…) El consumo de imágenes no implica pasividad del receptor: una imagen es un estímulo intelectual y emocional tanto para chicos como para adultos”.[3]
“Las imágenes transmiten sus mensajes de un modo, y las palabras de otro, no es traducible, no es reductible, lo mismo que dice una imagen no puede ser dicho en un texto, y ese agregado tiene que ver con lo visual”[4]
Cabe aclarar, que los nuevos medios no implican sólo la lectura de imágenes, Internet articula imagen y texto, propone intertextualidad e hipertextualidad. Estas relaciones son siempre complejas y volverlas accesibles forma parte del quehacer del docente de hoy, ya que la mirada de la escuela, la construcción de criterios para seleccionar, leer, clasificar e interpretar la gran cantidad de información disponible resulta imprescindible porque “la escuela, antes que nada, tiene que abrirnos la puerta a otros desafíos intelectuales, darnos otros lenguajes, enriquecer nuestras herramientas para entender y movernos en el mundo”[5]
